Vintouch, aires de ayer que dan un toque moderno

Afortunadamente para todos, a pesar de la tecnología y otras maravillas de la era en que vivimos, nada ha podido matar el amor por el estilo vintage. ¿Por qué?, pues porque el vintage conlleva intrínseco el atributo de la conservación de objetos históricos, y eso es importante por el valor que aporta todo lo que se puede saber sobre estilos, materiales, tecnologías y técnicas artesanales a través de estos objetos. Pero, cuidado, porque una cosa es conservar algunos de los objetos que hicieron parte de la vida de nuestros ancestros, y otra es transformar tu casa en un aburrido museo. Sigue leyendo para aprender a depurar tu amor por el retro.

 

Identifica los Fundamentos de tu “Retro Feeling”

El amor por el estilo vintage tiene dos principales orígenes posibles: vínculos con los recuerdos familiares, o gusto por lo histórico. Antes de decidirte a incorporar en casa el vintage, identifica la fuente del atractivo que sientes. De esta forma, a la hora de seleccionar los objetos que vas a emplear en la decoración, tendrás seguridad si quieres algo que estará allí para recordarte a diario tu infancia, como un mueble, un sofá o una vitrina; o si lo que quieres es comprar objetos antiguos con una historia que te llame la atención, o se vincule con tu profesión: por ejemplo, cámaras fotográficas, máquinas de escribir o de costura, o hasta una imprenta. Así, te quedará claro el ambiente en el que vas a disponer ese elemento y el espacio que va a ocupar.

 

Pon la nostalgia a vivir bajo la impronta de tu tiempo y de tu personalidad

No hay nada de malo en amar los objetos antiguos, pero cuando ese amor se transforma en un clima lúgubre y nostálgico y no te permite dejar en cada espacio la marca de tu personalidad, se convierte en un obstáculo. Recuerda: este es tu tiempo, a donde estos objetos han llegado, o han sido traídos, de manera que no temas darles nueva vida a la hora de incorporar el estilo vintage a tu decoración: restaurar, retapizar o cambiarlos de color y/o apariencia. Por supuesto que no nos referimos a antigüedades que representan ejemplares únicos, como muebles de firma u objetos de colección. En cuyo caso, lo mejor es ambientar tu personalidad alrededor de ellos. Nos referimos a esos muebles o adornos heredados o que has conseguido en algún mercado de pulgas y que te resultan una suerte de objetos fetiches. Aprovecha de hacerlos lucir con colores intensos o estampados contemporáneos.

 

A veces menos es más… ¡lo han dicho siempre!

En el caso del estilo vintage, a veces pasa que puedes simplemente decorar un rinconcito, disponer sobre una mesa o un estante un conjunto de tus más preciados tesoros para exhibirlos y tener una excusa de conversación, y queda muy hermoso. Lo que tienes que cuidar en este caso es de mantener la armonía con el ambiente y el estilo general de la casa. Para ello procura que el espacio donde se encuentren esté a buen resguardo, tal vez bastará una mesita bien firme, donde combines variedad de formas, colores y tamaños, cuidando de que el protagonismo se lo lleve la pieza más importante. Puedes adoptar también un toque Shabby chic, que es un poco más ecléctico. Para lograr este estilo británico, combina muebles modernos con piezas contemporáneas. Una vez más, los resultados dependen de tu gusto, que es el que debería siempre prevalecer.