Ya has definido el color, el estilo, el motivo y hasta cuáles muebles vas a colocar en la habitación del bebé ¡Excelente!… Ahora bien, ¿Ya pensaste en las cosas importantes?: Los cuartos pueden guardar enemigos invisibles a simple ojo que pueden convertirse en una pesadilla. Descubre cómo evitarlos para darle a tu bebé el confort y el higiene perfectos.
Los ácaros si que dan miedo
Se esconden principalmente en el polvo y cada gramo puede portar miles; están en la ropa de cama y hasta en nuestra piel. Pero tranquila, los ácaros tienen una función: «devorar» las partículas de piel que se desprenden de nuestro cuerpo. Sin embargo, cuando se acumulan en exceso pueden generar graves problemas de salud, especialmente en las vías respiratorias. Para evitarlo, selecciona cortinas de tejido tratado especialmente para atrapar las partículas de polvo, como las cortinas enrollables. Cambia a diario la ropa de cama, y evita en lo posible que las mascotas entren en la habitación.
La humedad
Cuando se acumula humedad en las paredes puede promover la aparición de hongos y moho. La única solución es mantener el aire circulando en la habitación. Esto se logra con sólo abrir por varios minutos al día puertas y ventanas. Pero además, es bueno aplicar en las paredes una imprimación anti humedad y rematar con pintura látex antimoho. Estos trabajos se deben realizar con anterioridad suficiente a la llegada del bebé. Para evitar así, los olores acumulados en la habitación.
Sustancias y gases tóxicos
Los muebles de contrachapado no son recomendables para la habitación del bebé, ya que emanan formaldehído, un gas tóxico. Lo más apropiado es usar muebles de madera maciza o en todo caso, chequear que el material no contenga estas u otras sustancias en la pintura. De igual manera, el uso de papeles decorativos en las paredes se debe evitar. Sobre todo porque acumula polvo y humedad, pero también, porque las tintas podrían no ser apropiadas. Para decorar las paredes es mejor optar por murales de pinturas lisas y acrílicas.
El polvo
Alfombras, cortinas y muebles son los principales depositarios de polvo. Para evitar que se disperse, se deben sacudir fuera de la habitación las alfombras, al menos una vez interdiario. Hacer mantenimiento a las cortinas roller una vez por semana y limpiar con un paño húmedo los muebles a diario. Los juguetes, de tela o peluche también se deben lavar regularmente aunque el niño no los use, porque son depositarios de polvo.
El clima en la habitación del bebé
Controlar la temperatura en la habitación del bebé es extremadamente importante. Los primeros días de vida del bebé cualquier variación brusca de temperatura podría resultar perjudicial. Para ello, verifica que las sábanas, cobijas y la propia ropa del bebé sean de un material adecuado. Lo mejor es usar algodón para los días calurosos, y alguna fibra más gruesa para los días fríos. Chequear que los aparatos climatizadores funcionen correctamente.
Todo el cuidado que pongas en estos pequeños detalles, harán una diferencia enorme para que tu bebé pueda disfrutar del confort y el cariño que merece. ¿Te ha gustado? ¡Queremos saber!