Si cada mañana al entrar a los vestidores, te da por pensar que el orden es sólo para los obsesivos, esto te va a ser muy útil. Y es que mantener el orden en los vestidores, no resulta fácil cuando hay muchas personas en casa. Pero hoy te voy a enseñar 3 trucos para mantener todo ordenado en tus roperos y en casa. Sigue leyendo, porque ya no tendrás que correr detrás de todos dando órdenes.
Fuimos criados por hombres y mujeres a quienes se les inculcaba que la casa, el orden y la cocina, eran solo cosa de la mujer. Afortunadamente, los tiempos han cambiado y estas ideas absurdas quedaron atrás. Hoy en día, lo absurdo es creer que una sola persona puede cargar con todo el orden y mantenimiento de una casa. Si no es tu caso, esta es la primera barrera a romper. Para ello, hay que integrar a cada miembro de la familia. A la pareja, desde el primer día de convivencia; y a los niños, desde muy pequeños. Así, el trabajo de mantener el orden y limpiar fluirá en casa como la cosa natural que es. Después de todo, todos la usamos.
1. Proporción vestidores/usuario
Generalmente cuando compramos estantes, armarios y muebles para los vestidores, no somos conscientes de las necesidades de los usuarios de esos muebles. Esto es un grave error. Siempre se debe considerar el tamaño de los estantes y espacios de guardado con relación al tamaño de los usuarios. Esto se debe a que el tamaño afectará cómo se relacionan con ellos. Por ejemplo, no tiene sentido colocar en la habitación de los niños su ropa en vestidores altos, donde ellos no alcanzan. Muy probablemente termines con un montón de outfits sobre la cama, que al final tendrás que ordenar tú. La solución es dejar los espacios altos para guardar objetos que apenas se usen, y colocar su ropa a la mano. Si son muy pequeños enséñales como escoger sin sacar los ganchos.
2. Énfasis en ahorro del tiempo
Si, hay vestidores y espacios de guardado con los que la relación está estrechamente ligada a pequeños fragmentos de tiempo. En primer lugar, debes tener presente la posición y proporción del mueble con relación al espacio donde está dispuesto. Que no interfiera con otros muebles, y el acceso se mantenga siempre libre. En segundo lugar, mientras más corto tiempo se pase frente a él, más comodidad debe proporcionar. Por ejemplo: un armario de zapatos bajo, se convierte en un nicho de desorden con facilidad. Porque los zapatos se relacionan con momentos de prisa (como cuando estamos por salir), y de pereza, como cuando regresamos cansados. Bastará que el mismo armario disponga de una silla cerca para que los zapatos queden guardados y en orden.
3. Planifica, como es adentro, es afuera.
Cada espacio en casa es un “micro cosmos” son las pequeñas cosas y los pequeños momentos que les dediquemos los que harán la diferencia. Mantener el orden tiene que ver con cuidar el hogar, con la estética, e incluso con la paz que se respira en él. No se trata sólo de los armarios. Lo que cada cual haga con temas como tender la cama por las mañanas y lavar los platos van a hacer una gran diferencia. No le puedes llamar colaboración refiriéndose a una «ayuda». Se llama co-laboración en su sentido estricto: trabajo en equipo. Así que, si alguna tarea es necesaria, es la de reunirse y crear un plan conjunto, en el que cada quien se comprometa a llevar una tarea para mantener el orden.
Por último, no cometas el error de no delegar. Es muy simple, si los demás ven que alguien está dispuesto a realizar todas las tareas sin quejarse por ello, jamás van a participar. Por eso es importante empezar cuanto antes, nunca es tarde.